Por Elvia M. Pacheco de Puche

EL TEMOR Y EL VALOR. Para comprender lo que es el valor, es necesario comprender la emoción llamada temor. Básicamente, hay dos tipos de temores: El primero de ellos es el temor genuino, el temor que se experimenta debido a una genuina amenaza. El temor es un instrumento necesario para la supervivencia entre todos los animales; hace reaccionar ante el peligro administrándole al individuo una pequeña descarga de adrenalina para sacudir al cuerpo e incitarlo a una acción instantánea. Cuando atravesamos un callejón oscuro por la noche, el temor de que alguien pueda saltar sobre nosotros, nos ayuda a actuar con más rapidez, a concentrarnos más y ser mas fuertes. El temor nos ayuda a alejarnos de inmediato del peligro.
Sin embargo, el temor hace mucho tiempo estaba diseñado para preparar a una persona para un acto físico en medio del bosque, no es necesariamente el temor apropiado para el lugar de trabajo. Digamos que un ejecutivo se entera durante una Junta de que quizás muy pronto lo despedirán. El pensamiento de perder el trabajo crearía cierto temor en la mayoría de nosotros. Pero, ¿qué clase de acto físico o de reacción serían apropiados en esta situación?. ¿Qué debería hacerse en respuesta a una insistente preocupación que podría prolongarse durante semanas antes de resolverse?.
Obviamente, a nivel físico no hay nada que podamos hacer. No obstante, el componente físico del temor, un residuo de nuestro pasado prehistórico, aún persiste: fluye la adrenalina, cambia la dirección de la circulación del cuerpo, etc.
El temor prolongado (a menudo conocido como un estrés incesante) puede dañar realmente al cuerpo. Aún cuando el temor mismo puede ser válido, la reacción instintiva que provoca, a menudo está fuera de toda proporción con la amenaza.
Es imposible programar esa reacción ya que es uno de nuestros instintos más poderosos, de manera que solo podemos enfrentarnos a sus efectos a largo plazo a un nivel práctico.
Los temores ilusorios, a pesar de que se experimentan genuinamente, se basan en falsas percepciones, en falsas órdenes provenientes de nuestro interior.
GRACIAS POR PERMITIRME COMPARTIR ESTOS MINUTOS…RECUERDA QUE DIOS ESTA MAS CERCA DE TI QUE TUS PIES Y TUS MANOS…QUE TU PROPIA RESPIRACIÓN. OM NAMAH SHIVAYA.